¿Qué es lo que está pasando con la Guerra Comercial?
Las campañas políticas siempre están marcadas por un eslogan atractivo, sencillo de memorizar y que no siempre va acompañado con las políticas que los dirigentes después aplican. Si con las elecciones a la presidencia de Estados Unidos de 2008 aprendimos la importancia de las redes sociales para ganarlas, con las de 2016, sin duda, lo más destacable fue el lema que se utilizó: “American, first” decía el, por aquel entonces, candidato a la presidencia, Donald Trump. Una vez ganadas las elecciones llegó el momento de demostrar que esa frase sencilla y fácilmente memorizable iba mucho más allá.
Tres años después, lo que se creó con la mentalidad de acompañar a la campaña se ha convertido en realidad.
El presidente de Estados Unidos subió el pasado fin de semana los aranceles a su principal rival comercial: China. La Guerra Comercial que comenzó en marzo de 2018, daba un paso más.
Desde ese momento, los productos de la primera potencia asiática tendrían que enfrentarse al mercado con un incremento de impuestos del 10% al 25% sobre 200.000 millones de dólares en exportaciones.
China, por su parte, no se quedó de brazos cruzados, sino que contraatacó con la misma moneda al aumentar estas tasas por valor de 60.000 millones de euros.
La estrategia de Trump en cuanto a la Guerra Comercial es sencilla: proteger los productos americanos frente a los extranjeros. Para ello, el primer frente que ha abierto ha sido el de la potencia china.
La respuesta de China significa un claro contraataque a una situación que no se sabe cuánto tiempo más se va a prolongar en el tiempo, aunque los expertos llevan tiempo apuntando que a Trump le interesa mantener el conflicto hasta que se produzcan las próximas elecciones en 2020.
La victima más sonada de la Guerra Comercial: Huawei
El conflicto por la Guerra Comercial ha salpicado a la primera compañía que, por otro lado, ya estaba en el punto de mira de la administración de Donald Trump. Huawei se encuentra en una situación muy complicada después de que se conociera que Google le daba tres meses a la compañía para cortar las relaciones comerciales y dejar de utilizar su software y hardware.
Pero, ¿cómo se ha llegado a esta situación? En 2012, una investigación de la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Estados Unidos reveló que tanto esta como la empresa de telecomunicaciones de la misma nacionalidad, ZTE, actuaban en nombre del gobierno de su país.
Huawei negó las acusaciones aludiendo a que operan de manera independiente al igual que ZTE que un año después aceptó la supervisión del gobierno de Estados Unidos.
Este no es el único frente abierto que tiene la compañía a la que también se le ha vinculado con intentar trampear las sanciones a Irán impuestas por el país de Trump. Este hecho ha producido que la número dos de la compañía y directora financiera, Meng Wanzhou, esté pendiente de la extradición a Estados Unidos para explicar la demanda penal que se interpuso a principios de año.
Por si estos hechos no fueran suficientes, a Huawei también se le sigue la pista por robar la propiedad intelectual de T-Mobile para lo cual, y según las informaciones publicadas al respecto, aplicaría incentivos entre los trabajadores que facilitasen la información sobre las patentes de la compañía así como fotografías y números de referencia.
Cómo se desarrollará la Guerra Comercial es bastante complicado de predecir, así como determinar las próximas víctimas y efectos. Sin lugar a dudas, esta situación ya está creando estragos en un momento en el que la economía de la Unión Europea no termina de dar buenos signos, aunque nos alejemos de la recesión, y mirar hacia otros mercados crea más incertidumbre que tranquilidad.